lunes, 29 de octubre de 2007

Era mi dolor tan alto

Era mi dolor tan alto de Manuel Altolaguirre

Era mi dolor tan alto,
que la puerta de la casa
de donde salí llorando
me llegaba a la cintura.

¡Qué pequeños resultaban
los hombres que iban conmigo!
Crecí como una alta llama
de tela blanca y cabellos.

Si derribaran mi frente
los toros bravos saldrían,
luto en desorden, dementes,
contra los cuerpos humanos.

Era mi dolor tan alto,
que miraba al otro mundo
por encima del ocaso.


Me encontré con este poema hace algunas semanas, me encantó.

viernes, 26 de octubre de 2007

Un mar de Lágrimas

Un mar de Lágrimas de Carlos Marzal

Sufrirás. Ya has sufrido.
Tal vez estés sufriendo.
Y aunque sepas por qué (si es que lo sabes),
ese conocimiento no será tu consuelo.

El adiós a los tuyos; el azar,
implacable; la incógnita del cielo,
todo lo que se pierde
hechos y vida abajo, tiempo abajo,
o también vida arriba, hacia lo que te espera,
todo, configura el sabor de tus lágrimas,
un sabor sin sabor, ya que no lo comparte
quien te ha visto sufrir
-no puede compartirlo-,
un sabor que no entiendes,
un cúmulo de lágrimas que trazan,
no sé dónde,
un mar por el que bogan,
y no sé para qué,
inútiles por siempre, inconsolables,
quién sabe desde cuándo,
su alma,
tu alma
y la mía.


Acabo de descubrir este poema, de nuevo no es de amor; y me gusta, mucho. No sé que más decir, me hace pensar, me hace reflexionar, me hace dudar, me hace ser...

lunes, 15 de octubre de 2007

La Cogida y la Muerte

LA COGIDA Y LA MUERTE de Federico García Lorca


A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
A las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
A las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
A las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
A las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
A las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
A las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
A las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones del bordón
A las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
A las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
A las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
A las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
A las cinco de la tarde,
Cuando la plaza se cubrió de yodo
A las cinco de la tarde,
La muerte puso huevos en la herida
A las cinco de la tarde:
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
A las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
A las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
A las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
A las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
A las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
A las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
A las cinco de la tarde.
Y el gentío rompía las ventanas
A las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!


A petición de mi más fiel lector, Adolfo, he decidido no postear poemas de amor durante algún tiempo, aunque siguen siendo los de mi temática favorita quizás tiene razón y sería mejor considerar y revisar otras opciones. Acerca de este poema... en una clase de literatura nos pusieron una pelicula acerca de la vida de Lorca, la pelicula abría con el protagonista narrando este poema, me cautivó desde la primera palabra que escuché; es lo único que puedo decir.

viernes, 12 de octubre de 2007

Antes de Amarnos

ANTES DE AMARNOS de Lina Zerón

¿Qué fuimos antes de amarnos?
¿Quién eras tú?
¿Y yo quien era?
Fría lumbre en los labios contenida,
rígido corazón opaco,
áspero fruto mi vientre,
ligero ropaje de verano tu mirada.

Ahora que nos amamos...
fuego somos donde mariposas se suicidan,
cuerpos de luz,
piel ardiendo en rojas llamas,
hechizo inacabable.

Unidas en el mismo cuerpo sombras somos,
sueños revelados en poemas,
atraídas mareas por la luna,
enormes olas de amores fatigadas.

Ahora que te amo...
un insecto que nace en las mañanas
y muere por la tarde entre tus muslos soy,
suspendidas gotas de placer,
suspiro de Sol en el cenit,
sirena de agua dulce,
develada estrella bajo tu cuerpo.

Ahora que tú me amas...
eres símbolo de alianza entre los dioses,
amuleto colgando de mi cuello,
turbulenta agua con que mis flores riego,
lámpara que guía a los ciegos soy.

Ahora que nos amamos...
somos raíces cálidas de la tierra.


Me encantó este poema, no sé que más decir de él, es hermoso, es sexy y es justo como me gustaría sentirme hoy.