de Antonio Plaza
Nuestra senda regada está de llanto,
el placer del placer es el suicidio,
detrás de la ilusión está el fastidio
y detrás del fastidio el desencanto.
Lleno yo de fastidio y de quebranto,
sin fuerza ya contra la suerte lidio,
y muerto para el mundo, sólo envidio
a los muertos que guarda el camposanto.
El infierno sus furias desenfrena,
viento de maldición en torno zumba,
que a penar el destino me condena,
y he de pensar hasta que al fin sucumba;
con el peso brutal de la cadena,
que arrastra el hombre hasta la negra tumba...
-------------------
¿Qué más podría decir?
Esta vez, el poema ha hablado por mí... Aunque en realidad, cada vez que escribo aquí, algún poema habla por mí. El desencanto en varias de mis ilusiones y anhelos se ha posado. Ahora sólo me queda esperar a que pase la tormenta. Sólo me queda esperar que cuando pase la tormenta me queden los ciemientos de lo que sé será destruido, sólo espero tener la fuerza para reconstruir.
1 comentario:
La destrucción total tiene su lado amable, da la oportunidad de empezar de nuevo. Tener un nuevo cominexo con a experiencia necesaria para reconstruir evitando los errores del ayer.
Ya encontrarás la forma.
Y mientras dure la tormenta, no olvides que aquí hay una roca bien enraizada que no tiene planes de moverse a lado alguno.
XOXO
Publicar un comentario