de José Ángel Buesa
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.
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Todos nos estamos despidiendo de algo, yo me despido de tí, y tú de alguien más también te estás despidiendo. Todos tenemos algo de que despedirnos, de hábitos viejos y cansados, de alegrías pasadas que no van a repetirse, de recuerdos fibrosos que nos anegan en al interior... Todos nos estamos despidiendo, yo de tí y tú de alguien más.
1 comentario:
Un brindis por las despedidas!
Salud!
PD: Sólo aguas porque en italiano y en hawaiiano, hola y adiós son la misma palabra.
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