de Carlos Marzal
Sufrirás. Ya has sufrido.
Tal vez estés sufriendo.
Y aunque sepas por qué (si es que lo sabes),
ese conocimiento no será tu consuelo.
El adiós a los tuyos; el azar,
implacable; la incógnita del cielo,
todo lo que se pierde
hechos y vida abajo, tiempo abajo,
o también vida arriba, hacia lo que te espera,
todo, configura el sabor de tus lágrimas,
un sabor sin sabor, ya que no lo comparte
quien te ha visto sufrir
-no puede compartirlo-,
un sabor que no entiendes,
un cúmulo de lágrimas que trazan,
no sé dónde,
un mar por el que bogan,
y no sé para qué,
inútiles por siempre, inconsolables,
quién sabe desde cuándo,
su alma,
tu alma
y la mía.
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Ya no tiene remedio, es verdad, hay cosas que ya no tienen remedio.
Hoy me cayó el veinte de algo que me había estado atormentando durante dos años, ahora siento un extraño sentimiento de paz. Sigo esperando la llegada de más respuestas, sigo esperando el momento en el que pierda la necesidad, sigo esperando el momento de la liberación... Pero mientras espero... me la estoy pasando super cool.
Yo nunca he sido constante, ni de ideas claras. No sé lo que hago la mayor parte del tiempo, pero creo que ahora estoy muy cerca de estar casi lista para hacer lo que debo. Y será bueno para todos.