miércoles, 27 de junio de 2007

Amor

Amor de Salvador Novo

Amar es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir calor de tu saludo.

Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.

Amar es percibir, cuando te ausentas,
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.

Me hicieron leer este poema en la escuela, cuando iba en primero de secundaria, antes de que en realidad comprendiera de que se trataba el amor; este es el poema que me enseño como era el amor en su expresión más pura y simple, la única manera en la que es buena percibir al amor y la única manera en la que yo percibiría al amor por el resto de los años...

lunes, 25 de junio de 2007

El Poema de la Culpa

EL POEMA DE LA CULPA de José Ángel Buesa

Yo la amé, y era de otro, que también la quería.
Perdónala, Señor, porque la culpa es mía.

Después de haber besado sus cabellos de trigo,
Nada importa la culpa, pues no importa el castigo.

Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo
Mis labios están dulces por ese amor amargo.

Ella fue como un agua callada que corría...
Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.

Perdónala Señor, tú que le diste a ella
Su frescura de lluvia y esplendor de estrella.

Su alma era transparente como un vaso vacío:
Yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.

Pero, ¿cómo no amarla, si tú hiciste que fuera
Turbadora y fragante como la primavera?

¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío
Sobre la yerba seca y ávida del estío?

Traté de rechazarla, Señor, inútilmente,
Como un surco que intenta rechazar la simiente.

Era de otro. Era de otro que no la merecía,
Y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.

Era de otro, Señor, pero hay cosas sin dueño:
Las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.

Y ella me dio su amor como se da una rosa,
Como quien lo da todo, dando tan poca cosa...

Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
Ella no fue culpable, Señor... ¡ni yo tampoco!

La culpa es toda tuya, porque la hiciste bella
Y me diste los ojos para mirarla a ella.

Sí. Nuestra culpa es tuya, si es una culpa amar
Y si es culpable un río cuando corre hacia el mar.

Es tan bella, Señor, y es tan suave, y tan clara,
Que sería pecado mayor si no la amara.

Y por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,
Que tú, que hiciste el agua, y la flor, y la estrella,

Tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
Tú también la amarías, ¡si pudieras ser hombre!



Fue extraña la manera en que un día me topé con este poema, buscando en Google poemas de amor y culpa me apareció y me dí cuenta de que había cautivado mis sentidos de manera extraordinariamente rápida, yo estaba preguntandome muchas cosas de la vida y este poema me ayudó a entender que hay cosas de las que nadie tiene la culpa, cosas que pasan por que deben de pasar, y que no hay manera de evitarlas y que hay veces que es mejor dejar de preocuparse por las consecuencias, pues hay ciertas cosas en las que las consecuencias no tienen verdadera importancia, como el amor...

miércoles, 20 de junio de 2007

Poema de un recuerdo

Poema de un recuerdo
de Gustavo Alejandro Castiñeiras


Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descansar de mi tristeza.

Dime por favor cuál es la noche,
que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo,
y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras.

Dime por favor en qué rincón,
nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada,
que no tiene apoyada tu cabeza.

Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero.


---------------------------------------------------
Esto es todo.

jueves, 14 de junio de 2007

De nuevo... Solo yo

Estaba pensando que quizás no sea una mala idea que además de postear poemas que me encantan sería bueno que también de vez en cuando contara un poco de mi vida y de como y quien soy, así mismo como poner al final de cada poema un comentario del porque de mi elección.

La mayoría de los poemas (por no decir todos) son poemas que en verdad han dejado una huella en mi alma, soy mega fan del trabajo de García Lorca, el estilo oscuro y al mismo tiempo despreocupado que maneja es magnifico en toda la extensión de la palabra, y en realidad una de las metas de mi vida es llegar a ser tan buena como él; García Lorca representa la opresión que sentía la sociedad española en su tiempo y el manejo del simbolismo como manera de ocultar sus verdaderas intenciones a los ojos de los represores es verdaderamente bello.

Mi gusto por su trabajo nació cuando estaba en mi primer año de la prepa y mi maestra de Literatura Española nos contó con tal fervor de la obra de García Lorca que simplemente no pude evitar querer leer todo lo que pudiese encontrar de él, empecé con algunas obras de teatro y luego poemas y simplemente quedé prendida por siempre.

Otros autores también han dejado huella de su trabajo en mi estilo, han sido Pablo Neruda, quien escribió los versos de amo mas puros e intensos que he leído en mucho tiempo; Vicente Aleixandre que con un poema me dejo cautivada por siempre, en realidad el primer poema que me aprendí de memoria fue El Último Amor; Alfonsina Storni, cuya trastornada vida se ve reflejada en sus poemas llenos de emoción; y muchos otros más de los cuales si menciono no terminaría de escribir nunca.

Aunque quizás nunca quiera dejar de escribir...

lunes, 11 de junio de 2007

Soneto XLV

SONETO XLV de Pablo Neruda

No estés lejos de mí un solo día, porque cómo,
porque, no sé decirlo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.

No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.

Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
No te vayas por un minuto, bienamada,

porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo


jueves, 7 de junio de 2007

Como la Mar, los Besos

COMO LA MAR, LOS BESOS de Vicente Aleixandre

No importan los emblemas
ni las vanas palabras que son un soplo sólo.
Importa el eco de lo que oí y escucho.
Tu voz, que muerta vive, como yo que al pasar
aquí aún te hablo.

Eras más consistente,
más duradera, no porque te besase,
ni porque en ti asiera firme a la existencia.
Sino porque como la mar
después que arena invade temerosa se ahonda.
En verdes o en espumas la mar, se aleja.
Como ella fue y volvió tú nunca vuelves.

Quizá porque, rodada
sobre playa sin fin, no pude hallarte.
La huella de tu espuma,
cuando el agua se va, queda en los bordes.

Sólo bordes encuentro. Sólo el filo de voz que
en mí quedara.
Como un alga tus besos.
Mágicos en la luz, pues muertos tornan
.

domingo, 3 de junio de 2007

Breve Romance de Ausencia

Breve romance de ausencia de Salvador Novo

Único amor, ya tan mío
Que va sazonando el Tiempo
¡Qué bien nos sabe la ausencia
Cuando nos estorba el cuerpo!

Mis manos te han olvidado
Pero mis ojos te vieron
Y cuando es amargo el mundo
Para mirarte los cierro.

No quiero encontrarte nunca,
Que estás conmigo y no quiero
Que despedace tu vida
Lo que fabrica mi sueño.

Como un día me la diste
Viva tu imagen poseo;
Que a diario lavan mis ojos
Con lágrimas tú recuerdo.

Otro se fue, que no tú,
Amor que clama el silencio
Si mis brazos y tu boca
Con las palabras partieron.

Otro es éste, que no yo,
Mudo, conforme y eterno
Como este amor, ya tan mío
Que irá conmigo muriendo.