domingo, 23 de mayo de 2010

Soneto Amoroso 6

Soneto Amoroso 6
Rubén Bonifaz Nuño

Te lo habrán dicho ya: que nadie muere
de ausencia, que se olvida, que un lamento
se repara con otro, y es el viento
o la raya en el agua que se hiere.

Y esta sed miserable que no quiere
perderte, acabará; y el pensamiento
por tanto tiempo tuyo, en un momento;
aunque hoy se aferre y grite y desepere.

Si todo se ha de ir, ¿por qué llegaste?
¿Por qué, si no me quieres, me has querido?
¿me has curado tan sólo para herirme?

Así fue; te tuviste y me dejaste;
nada me quedará: te he recibido
no más que para verte y despedirme.
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Estoy sola porque quiero, porque así lo prefiero, porque después de malas relaciones necesito curarme de espantos y alejarme de las personas. Pero te quiero de todas maneras, te quiero como inspiración y te quiero como sentimiento alejado. Te quiero de lejos, como a la bruma y a la niebla. Te quiero porque no me conoces... porque quizás nunca lo harás y eso me consuela.

sábado, 8 de mayo de 2010

Acaso una palabra [2]

Acaso una palabra, 2
de Rubén Bonifaz Nuño

No sé. Todas las noches te he soñado;
por eso sufriré todos los días.
No lo puedo evitar; tú lo decías:
no lo olvida el corazón cuando se ha dado.

En el aire se mueve un desolado
olor a tiempo ausente. Las vacías
horas se van sin allma. ¿Lo sentías
al decirlo? No sé. Pero ha pasado.

Duermo: pesa mi amor sobre la palma
de tus manos, seguro como nave
por la corriente en paz que la nivela.

O la angustia de golpe me desarma;
barco sin playa soy, puerta sin llave,
soledad sin espejo: estoy en vela.

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Como no sé que sentir, dejo que otros hablen por mí.