Geografías de Eros
de Daniela Birt
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Suspiro tu nombre.
La palabra misma es un largo río
de ambigüedades. Es un afluente
platinado donde los colores
de tu piel resuenan como odas báquicas
nacidas de un pasado agreste y salvaje.
Hay una melodía
y un llanto que brotan
como luces verdes
de entre mis manos:
un entramado floral
que busca escalar
las fronteras de tu pelo,
las barreras de tus tiempos
hasta el interior de tus huesos.
Hay alucinaciones certeras
y vacilantes que suben desde mi cabeza
para perderse en tus ojos
con el conocimiento inerte
de que existen otros mundos
revueltos y transitados
por tantos pies como hay alas,
mas únicos y privados
llenos de espectáculos primigenios
que se vedan ante ti.
En mis mundos nocturnos
y de miradas ciegas;
cuando entre las cajas de vida
los remansos del éter
son dulces licores ficticios
bailas con el sabor
volcánico del candor de la tarde.
Tu sonrisa evoca veranos tibios,
naranjos florecientes,
una calidez que entre
luces grises de ciudad
rompe todas las cubiertas acuíferas,
destroza el reflejo cristalino
de corales y anémonas
para que nazca un día escandaloso.
Tu sonrisa es el mar brillante,
es la flor y el capullo,
el siempre recalcitrante germen
que incendia con tormenta apacible
las heladas cavernas de mi pecho.
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Con tu ausencia usual
te he dejado ir de mis manos.
Y respiro a lo lejos
los veranos infantiles y oníricos
de tus efluvios tibios y vaporosos.
Caminas sobre las arenas
de todos mis deseos desolados
y tus pisadas desnudas
dejan vacías huellas,
profundas y cálidas
en mis carnes, huesos y ser.
Entre mis ojos
hay manos llenas de sangre,
pintadas de grana
que brotan desde mi lluvioso alejamiento,
atrapadas entre los pliegues
de un pasado obtuso y nublado.
Pero una vez más
en el silencio y la bruma
abres los ojos
y me creas el mundo,
creas cavernas con tu voz,
surgen manantiales, grutas brillantes,
estrepitosas laderas
en la geografía de mi alma.
Apareces entre figuras
de papel con voces vacías
y la fuerza creadora
de todas mis causas
brinca desde tus ojos abiertos
nace en tu mirada,
se pierde, difumina, desvanece
en la blanca curva de tu boca.
6
Es una ola.
Eres una ola.
Como un manto azulado,
quizás es cierto que tu boca calla,
y oscura y misteriosa
empapas mis mañanas de
reflexiones y recuerdos.
Una añoranza como de antes,
como de mañana, calla en tu boca
y una extrañeza grita y se me exalta.
Pero yo conozco la cadencia
que habita en tus manos
y se escapa cual murmullo abrupto
hacia mis adentros.
Eres una ola.
Es una ola.
Tu voz es también una ola,
una onda húmeda que toca el desierto dorado
donde dejé mis pedazos de conciencia.
Tu voz: locura de agua
enfermedad líquida
que me inunda el oído medio
ha llegado a empaparme desde adentro,
a inundarme en los vapores
escapados de rincones chispeantes
hasta irrumpir por todas mis pieles
y brotar, como quieren, en tu nombre.
7
¿Cómo no hablar,
cómo no suspirar,
murmurarte quedamente,
con un eco que nace desde mis cavernas,
y donde resguardo tus imágenes?
¿Cómo no callar ante el eco,
siempre latente,
de tu respiración acompasada,
esa desnudez liviana
que me llama desde tu boca
y rompe en mí cual barranco inerme?
Mi siempre torpe sonido
tañe augustamente una palabra hueca,
y cuando hablo
me encuentro incómoda o aburrida,
pero mi voz todavía es,
existe para tu beneficio único.
Y es una rareza:
no me reconozco en los repiques
de mi boca
negada a registrar las melodías
que mi mente intenta evocarte,
como si perdiera la nieve
toda su blancura
y fuera sólo un trozo frío
de cielo que cae.
Callo, prefiero callar,
ante la magnitud de tu lejanía estática,
del apacible rumor de tu viento interior.
8
Cada arranque de fuego
es un soplo callado
que tu cuerpo emite
y yo intento robar.
Es mi imaginación una gruta
palaciega, quizás también
una montaña dormida
que crece y se levanta
todos los días cuando exhalas
y activas las flautas de la mañana
junto al primer albor.
He querido cantar tu gloria,
ser la única iniciada
en las armonías quedas
que tu reposo emana,
poder componer a tu alrededor
los minués con los que abras los ojos,
y resplandezca ante mí tu estrella;
sólo he deseado escuchar la música
que da ritmo a tu vida cuando bailas
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Poemas del 4 al 8.
Debido a que pronto va a salir un poco de material nuevo, es decir mi próximo poemario, he decidido publicar aquí el libro que saqué el año pasado: Geografías de Eros, algo así como un viaje hacia el enamoramiento y la decepción.
El libro entero está en Scribd, échenle un ojo: https://www.scribd.com/doc/231365780/Geografias-de-Eros